El sentido de la vista permite multitud de estímulos, incluso estímulos rápidos, de lo que ni siquiera somos conscientes. El estrés físico que se puede acumular en nuestros ojos se puede descargar con ejercicios suaves y relajantes.
El Parpadeo
Con el parpadeo, movimiento natural de nuestros párpados y que realizamos frecuentemente de manera inconsciente, conseguimos que nuestros ojos estén bien humedecidos y limpios. Cuando se hacen esfuerzos visuales, como los que se producen mirando una pantalla de ordenador o de televisión, hay que hacer descansos, cerrar los ojos, relajarlos o hacer parpadeos suaves y lentos.
Tensión Suave
Cerrar los ojos por un corto espacio de tiempo, tapándolos con el hueco de la mano, con unas compresas tibias humedecidas con infusión de Eufrasia o manzanilla, o con un antifaz descongestionante durante diez minutos, resulta especialmente relajante.
Descanso Visual
Si estamos al aire libre, podemos descansar la vista observando las nubes, el mar, el horizonte, las copas de los árboles… Si estamos dentro de casa, lo conseguiremos dejando que se pierda la vista, sin mirar nada en concreto.
Cambio de Foco
Una forma de detectar problemas visuales, especialmente la vista cansada, es realizando un ejercicio de cambio de foco con la ayuda de un lápiz o algo similar. Situaremos éste en posición vertical delante de los ojos, frente a la nariz, lo más alejado que nos permita el brazo estirado. Fijaremos la vista en él, lo miraremos, parpadearemos y repetiremos el ejercicio de nuevo. Tras mirar el lápiz o el objeto elegido, fijaremos la vista en un punto situado a unos cinco o seis metros de distancia.
La vista cansada se da cuando los músculos del cristalino pierden elasticidad y capacidad de enfoque.
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