La terapia sacro-craneal es una rama de la osteopatía, desarrollada por el Dr. Sutherland (1899) a partir de una observación: El cráneo no es rígido. Está compuesto por una serie de huesos unidos por una capa membranosa que permite un movimiento pequeño entre ellos. El Dr. Sutherland afirmó que un cuerpo y una mente sanos dependen del grado de libertad de estos huesos. Denominó a este movimiento "Respiración Primaria", porque aparece antes de la respiración pulmonar.
El movimiento del cráneo es específico y previsible. Al estudiar el cráneo observamos que los huesos son muy finos en algunos sitios, casi transparentes, por lo tanto más flexibles.
En el embrión, los huesos del craneo son distantes los unos de los otros y con el tiempo, se cierran. Los huesos de la cabeza se forman en la membrana duramadre.
En los adultos, al final del crecimiento, los espacios no se llenan al 100%. Se forma una especie de articulación que llamamos sutura, donde la flexiblidad (micro-movimiento) persiste hasta la muerte, si no hay patología.
La fijación de las suturas pueden proceder de los huesos mismos, pero tambien de la tensión de la duramadre y, a su vez, este desplazamiento de los huesos del cráneo va a producir un estrés sobre la membrana duramadre y, este estrés, va a influenciar el contenido cerebro/médula.
La oateopatía sacro-craneal se basa en el principio de la existencia de la pulsación sutil que emerge en los tejidos y fluidos del núcleo del cuerpo. Esta pulsación es una expresión de la fuerza de vida básica del individuo; los primeros terapeutas sacrocraneales la denominaron «Aliento de Vida». La naturaleza de esta pulsación es rítmica; tiene una fase de expansión y otra de relajación; y se expresa en todos los fluidos, huesos, tejidos, membranas, y dentro y alrededor del sistema nervioso central, aunque también es posible sentirla en todo el resto del cuerpo. Esta pulsación se denomina «Impulso Respiratorio Primario», y realiza un papel fundamental en el mantenimiento del orden e integración cuerpo/mente.
Entendemos que cuando el Aliento de Vida se expresa rítmicamente en los tejidos y fluidos del cuerpo, la salud y el equilibrio se mantienen. Sin embargo, el bloqueo o restricción de la expresión de esta pulsación es una causa fundamental y básica de muchas patologías y enfermedades.
El terapeuta sacrocraneal se entrena para utilizar su palpación en el diagnóstico de cómo el cuerpo se ha estructurado y funciona alrededor de los bloqueos o lugares de restricción. La forma de palpación utilizada para ayudar al cuerpo a liberar sus resistencias y bloqueos es muy suave, y ello permite que los ritmos y las pulsaciones inherentes más profundas se expresen con libertad.
El Impulso Respiratorio Primario se considera primario porque hace referencia a un proceso de vida más básico que la respiración a través de los pulmones, que se suele denominar Respiración Secundaria. La Respiración Primaria como expresión del Aliento de Vida subyace a todos los demás procesos vitales del cuerpo. Por ello, es posible que la Respiración Secundaria o el latido del corazón se detengan mientras que la Respiración Primaria continúa presente; en este caso la persona está viva.
El fundador de la Osteopatía Craneosacral, el Dr. Sutherland, relató en alguna ocasión lo que le ocurrió cuando paseaba a la orilla de un lago, y encontró a un hombre que se había ahogado. Este hombre estaba acostado en la orilla y sus señales vitales respiratorias, al igual que su ritmo cardíaco se habían detenido. Sin embargo, cuando Sutherland puso las manos en su cabeza, sintió que todavía estaba presente la Respiración Primaria. Entonces aplicó una técnica para fomentar el reinicio del Impulso Respiratorio Primario, y en un breve lapso de tiempo, el corazón de este hombre y su respiración comenzaron de nuevo, y su vida se salvó.
Sutherland descubrió que las suturas del cráneo se mueven
¿Cómo funciona la Terapia Cráneo Sacral?
Nuestro cuerpo, como organismo vivo, está inmerso en un continuo movimiento de todas y cada una de sus estructuras. Está movilidad representa ser la vida en si misma que a menudo es perturbada por los agentes, tanto internos como externos, que representan ser los contratiempos que el devenir de la vida nos depara. Estos alteran los ritmos corporales y la movilidad de nuestras estructuras. La paralización de este movimiento se traducirá en enfermedad, dolor y sufrimiento.
Con la técnica de la Terapia Sacro Craneal, el terapeuta, debidamente entrenado, va a impulsar, a través de pequeñas presiones ejercidas sobre diferentes estructuras, la recuperación de ese movimiento perdido, como consecuencia de traumatismos tanto físicos como psíquicos.
Esta terapia que podríamos definir como "osteopatía dulce" podemos enmarcarla dentro lo que se ha venido en llamar la "terapéutica de la no agresión", no invasión, sino que a través de pequeños estímulos - impulsos permitir que el cuerpo active sus capacidades de autocuración y autorregulación.
Sutherland era un estudiante de Osteopatía de principios de siglo en América, y aprendió, como los demás estudiantes de Osteopatía de aquella época, que los huesos craneales no se mueven ya que quedan fusionados y fijados en el adulto. Sin embargo, un día que estaba examinando algunas articulaciones craneales en el laboratorio observó la forma en que una de las suturas de estos huesos se superpone a la otra, y escribió al respecto: «Un pensamiento me golpeó: esta sutura está biselada como las agallas de un pez y diseñada para la Respiración Primaria». Realmente no entendió este pensamiento y ni siquiera supo de donde procedía, pero no se lo pudo quitar de la cabeza. Así que decidió realizar un experimento para probarse a sí mismo que los huesos craneales no se movían, ya que eso era lo que había aprendido. Su razonamiento era que, si los huesos craneales se moviesen (cosa que dudaba), al impedir este movimiento, los efectos de ello deberían ser perceptibles.
Así que diseñó una especie de casco con unos tornillos de ajuste a ambos lados, que podía apretar a discreción, para impedir el movimiento craneal. Se colocó el casco en su propia cabeza para experimentar sus efectos, y en un breve plazo de tiempo empezó a sentirse mal. Como el resultado de su experimento no coincidía con sus expectativas, decidió continuar experimentando por un tiempo. Después de hacer varias pruebas durante unos meses, el Dr. Sutherland comenzó a sentirse bastante enfermo y seriamente desorientado. Su mujer le suplicó que detuviera los experimentos porque ya tenía suficientes pruebas para afirmar que, cuando se impide el movimiento de los huesos craneales, aparece la enfermedad.
Estos experimentos le incitaron a investigar la causa de sus descubrimientos, a lo que dedicó el resto de su vida. Sus investigaciones le permitieron identificar y comprender niveles de funcionamiento del cuerpo más sutiles, niveles que anteriormente no habían sido identificados, y desarrollar habilidades terapéuticas para remediar cualquier disfunción en estos niveles de funcionamiento.
El Dr. Sutherland identificó cinco aspectos fundamentales de este Movimiento Respiratorio Primario.
El primero fue la fluctuación inherente del líquido cefalorraquídeo. Este líquido baña el Sistema Nervioso Central y descubrió que al circular alrededor del S.N.C. (Sistema Nervios Central) expresa una pulsación sutil, que describió como un movimiento en forma de marea y denominó Inhalación Primaria y Exhalación Primaria. Durante la Inhalación Primaria hay una expansión y subida de los fluidos, y durante la Exhalación Primaria los fluidos descienden hacia la parte inferior del cuerpo.
El segundo aspecto del Movimiento Respiratorio Primario es la motilidad inherente del S.N.C. El Dr. Sutherland descubrió que los tejidos mismos del S.N.C. respiran y lo hacen en un movimiento rítmico que coincide con el movimiento de marea que sigue el líquido cefalorraquídeo.
El tercer aspecto fundamental es la respiración y el movimiento de lo que denominó el Sistema de Membranas de Tensión Recíproca. Este sistema esta compuesto por una banda de membranas relativamente inelástica que divide las diferentes partes del cerebro y tiene su continuidad con la capa membranosa de la duramadre en el cráneo y en la columna vertebral. Estas membranas también se mueven siguiendo las fases de Inhalación y Exhalación Primaria. El cuarto aspecto es la existencia de movimiento en las suturas craneales, algo que el Dr. Sutherland identificó y probó clínica y experimentalmente. El cráneo está formado por numerosos huesos que se articulan entre sí; estos huesos expresan un movimiento sutil pero perceptible, tanto en sus articulaciones como dentro de sí mismos. Los huesos de los seres vivos también expresan la pulsación primaria del Aliento de Vida en la forma sutil de expansión y ampliación en la fase de Inhalación y de estrechamiento en la fase de Exhalación. Como quinto y último aspecto, Sutherland identificó el movimiento involuntario del sacro entre los huesos ilíacos de la pelvis. Este movimiento ocurre en el sacro, no como resultado de movimientos voluntarios tales como andar, correr o doblarse hacia adelante, sino como respuesta directa a la respiración primaria.
¿Como es una sesión?
Cada terapeuta tiene su propia forma o modo de abordaje. Depende así mismo del paciente, y del momento en que se encuentre. No existen protocolos de trabajo en Biodinámica. El estado de escucha y de presencia, son los pilares fundamentales en que trabaja el terapeuta. La sesión es muy variable, y cada terapeuta respeta el ritmo del proceso de la sesión, pudiéndo durar desde 20 minutos a 1 hora. Cuando el trabajo está realizado, ya está sin más. Por decirlo de algún modo, por echar más agua en un vaso rebosante, éste no va a tomar más cabida de agua.
Normalmente, la escucha del paciente se realiza desde cualquier parte del cuerpo, pudiendo variar la toma de contacto en diversas ocasiones durante la sesión. La aproximación del terapeuta es suave y sutil, imponiendo sus manos bien en la bóveda craneal, temporales, occipital, diafragma, pies, etcétera.
A diferencia de los tratamientos biomecánicos, desde la biodinámica las sesiones suelen ser mas profundas y menos físicas.
¿Cuantas sesiones son necesarias para superar un problema?
Establecer un calendario de sesiones sobre dolencias o patologias, seria establecer un protocolo terapéutico en función de la disfunción por la que acude el paciente. En realidad, uno de los trabajos en Biodinámica es no usar las expectativas como objetivo de la terapia. Realmente, el objetivo es el paciente, no la patologia, y esta requiere una atención particular para cada caso. Sin embargo, la experiencia en el campo terapéutico, nos lleva a hacer una "estimación", por la que los problemas leves, suelen "solucionarse" en dos o tres de sesiones, mientras que los casos más persistentes, agudos o crónicos, conllevan un proceso algo más largo, aunque los procesos evolutivos no siguen el procedimiento lineal que normalmente se entiende por "curación". Normalmente, y según el proceso de cada caso, las visitas van espaciandose en el tiempo en la medida de la evolución de cada paciente.
Normalmente, un paciente lo es para un terapeuta por el resto de su vida, pues el proceso del paciente es su propia vida y su forma de vivirla.
¿Es compatible con otras vias terapéuticas?
Desde la biodinámica, lo único que se precisa es respeto por el estado y el proceso del paciente. Siempre es interesante, que el paciente guarde un respeto de 3 ó 4 dias entre una sesión y la sesión de otra terapia. El motivo, es darle el tiempo suficiente al paciente a digerir y conformar su nuevo status corporal. Evitar en definitiva una sobreestimulacion que podría desencadenar efectos no deseados. La apreciación, se entiende aplicable a muchas otras vias terapéuticas, aunque si bien no son incompatibles, si que habría que cuestionarse la necesidad de llevar varios tratamiento a la vez por el mismo motivo. El cuerpo en ocasiones genera sus patrones de resistencia ante tal hiperestimulacion, por lo que seria conveniente que cada vez que se iniciase un tratamiento en alguna vía terapéutica., se lleve con una constancia seguida con el fin de no estancar ni demorar su evolución.
Una terapia suave basada en el movimiento rítmico y coordinado de los huesos craneales y el sacro, y consiste en la liberación de las posibles restricciones a dicho movimiento.
La Osteopatía, es una técnica manual sutil que permite al terapeuta trabajar sobre todas las estructuras del cuerpo: SNC, membranas durales, huesos, líquidos, músculos, fascias, órganos, etc. utilizando para ello un tacto sutil, no invasivo ni intrusivo.
El cuerpo se expresa, y el terapeuta solo ha de esperar la información que envía el organismo del paciente. Éste responde al tratamiento dando paso a sus propias fuerzas de recuperación que le llevarán a su estado natural de salud.
¿Qué es la Biodinámica sacrocraneal?
Para comprender qué es, primero deberiamos abordar de donde proviene esta vía terapéutica. Hace más de un siglo, nace la Osteopatía en EEUU de la mano de A.Taylor Still. Esta medicina se edifica al margen de la medicina tradicional de entonces, baspandose en el conocimiento profundo de la anatomía y el funcionamiento corporal, y cuya terapéutica, se apoya única y exclusivamente en un tratamiento manual, sin mediar ni aparatos, mecidinas u otros medios que no sean las manos del terapeuta y el cuerpo del paciente. Uno de sus discípulos observó la peculiaridad de la caja craneal, y se planteó desde un principio de que si existían unas suturas craneales que separaban los diferentes huesos del cráneo y no se producía una calcificación de dichas suturas hasta avanzada edad, quizá seria porque algún tipo de funcionalidad debían trabajar en mantener separados los huesos craneales, y se planteó que quizá fuera algún movimiento entre ellos. Así estudió la caja craneal durante más de tres décadas hasta publicar su primer trabajo, en el que estableció los ejes de movimiento entre los huesos craneales y las correspondencias que existían con el resto del cuerpo. Aquel trabajo se amplió y profundizó por muchos de sus discípulos, pero solo fué en los últimos años de su vida en los que trascendió la visión más mecánica del funcionamiento craneal. Desde entonces, en que acuñó el término "Aliento de Vida" para la expresión máxima de la esencia de SER en forma de mareas, otros discípulos y profesionales han trabajado en la materia, Rollin Becker, James Jealous, Viola Frymann, H. Magoun, etc.
De la Osteopatía craneal como se le denomina a esta vía de trabajo, se trascendió este mismo trabajo a otros profesionales terapéuticos no osteopatícos, y éstos a su vez crearon sus propias escuelas y difundieron los conceptos y bases del modelo craneal, de los cuales también han salido grandes profundizadores del trabajo, Mike Boxhall, Franklin Sills, Michael Kern, etc.
De la evolución de ese trabajo, es lo que hoy podemos denominar Terapia y/ Osteopatía Sacrocraneal. De modelo terapéutico sin embargo, existen dos niveles de trabajo. Por un lado, el trabajo más biomecánico, que corresponde como su propio nombre indica, al tratamiento mediante técnicas o métodos mecánicos en la "corrección" de las disfunciones corporales. Ello se gestiona desde una perspectiva diagnóstica, y un tratamiento específico.
Por otro lado, existe el nivel biodinámico. En este nivel, no existen patrones ni protocolos de tratamiento. Desde la biodinámica, se trata de ir por debajo de la disfunción, con el fin de que emerja la salud por sus propios medios, no por interferencia terapéutica. De este modo nos aseguramos, de no desplazar las disfunciones ni de enmascararlas. Trabajar desde la biodinámica solo requiere un respeto y la escucha profunda del proceso del paciente. En la biodinámica, se trabaja la PRESENCIA como proceso de toma de CONCIENCIA PLENA del SER. En ese estado, sólo existe QUIETUD. Desde la quietud emerge una nueva disposición y orden que regula nuestro estado de SER. Y esto es trabajo Biodinámico.
¿En que tipo de dolencias o patologías es aplicable la Biodinámica Sacrocraneal?
En verdad la pregunta se formula desde la concepción social de la salud y la enfermedad. Sin embargo, en Osteopatía (así como en otras disciplinas médicas o terapéuticas), entendemos que no existen las enfermedades o la enfermedad de por sí, sino que existen enfermos. Esta formulación es mas profunda de lo que aparenta. De forma social existe una convicción de que las enfermedades son causadas por agentes externos al ser humano, por ello cuando denominamos enfermedad X o enfermedad Y, no sólo estamos dando nombre al proceso que pasamos, si no que además lo ubicamos como algo ajeno a nosotros que nos perturba.
Claude Bernard, concluía en cierta ocasión, "el microbio no es nada, el terreno lo es todo". Y así es. El terreno es nuestro cuerpo, es decir, nosotros mismos. Cuando nos vemos afectados por una "enfermedad", es porque nuestro equilibrio corporal se ha perdido y no ese agente de "enfermedad" el que nos produce el desequilibrio. Desde esta perspectiva, la Biodinámica Sacrocraneal no trata enfermedades o dolencias, sino al PACIENTE. Por tanto, para responder a la pregunta de que tipo de dolencias trata la Biodinámica Sacrocraneal, deberíamos decir, TODAS. Quizá pueda parecer pretenciosa la actitud de la Biodinámica, pero en realidad no es de la terapia, sino en todo caso, de la capacidad de cada terapeuta en cada momento.
Lo primero que debemos hacer en una terapia craneosacral es realizar un estudio diagnóstico sobre la persona a tratar.
Este estudio hay que hacerlo todo lo más amplio posible. Se pueden sacar muchos datos relacionados sobre la salud integral de la persona, sin importar el tiempo y el espacio. Dicho estudio se puede ampliar tanto filogenéticamente como ontogenéticamente, es decir, la evolución desde el nacimineto de la persona a la evolución de la especia humana.
Todo puede ser importante, pero es importante centrase en algunos de los datos más relevantes y que más nos puedan ayudar en la sanación y recuperación global de la persona.
En esencia la terapia sacrocraneal es una ciencia y un arte. Es el arte de la escucha atenta, profunda, intuitiva e inteligente. Una ciencia, como decía Sutherland: “si conoces el mecanismo, la técnica es fácil”.
Es el gozo en la palpación de las pulsaciones básicas de la vida, donde el terapeuta sintoniza y escucha los patrones de esta pulsación, los movimientos, ritmos, frecuencias y vibraciones intrínsecas del cuerpo.
El terapeuta es capaz de apreciar sus patrones de resistencia, compresión o congestión. Escuchar la expresión natural de la salud, la vida y su inteligencia.
A través de la escucha atenta se escucha a ambos: la expresión de la salud inherente del cuerpo y la liberación de las resistencias en sus tejidos, huesos, fascias y fluidos.
El terapeuta sintonizando con la expresión de la salud facilitará la reserva vital del sistema y sus recursos energéticos.
Los patrones de resistencia, la congestión, los desequilibrios en los movimientos y en las funciones del cuerpo pueden ser percibidos y tratados mediante la palpación. Los tratamientos se realizan mediante un toque con escucha suave y profunda, siendo al tiempo diagnóstica y terapéutica.
Los terapeutas aprendemos a apreciar las diferentes manifestaciones de la respiración primaria y sintonizar con las relaciones de este sistema con el cuerpo. Se aprende a apreciar profundamente la naturaleza de la forma y su función en correspondencia con la información dinámica del movimiento sutil.
El terapeuta se capacita para poder observar, conocer y comprender las resistencias y restricciones dentro del Impulso Rítmico Craneal (IRC)
Aprendemos a comprender la naturaleza del proceso de sanación (autocuración) y el papel del Aliento de Vida a través del (IRC) en estos procesos sanadores.
El terapeuta aprende a sintonizarse con el Aliento de Vida, su expresión a través de la fluctuación del líquido cerebroespinal y las manifestaciones de su “potencia sanadora inherente”. Se aprende a facilitar esta potencia constitucional y alentar la revitalización del sistema como un todo. Se aprende a sentir al cuerpo humano como una unidad, cuyo movimiento de vida inherente es una expresión del Aliento de Vida mismo.