Bajar el nivel de colesterol en sangre no debe convertirse en una obsesión; bajarlo demasiado también puede traer problemas, por ejemplo disminución de las hormonas sexuales para las que el colesterol es su materia prima.
Las campañas anticolesterol han sido demasiado machaconas en los últimos tiempos, no sabemos muy bien si porque realmente es un peligro para nuestra salud cardiovascular o porque hay que dar salida a los carísimos medicamentos anticolesterol.
Hay muchas personas que sufren accidentes cardiovasculares sin tener el colesterol elevado. Niveles altos de colesterol no es sinónimo de tener ateromas ni de accidentes cardiovasculares, hay otros muchos factores que influye en que éstos se produzcan, por ejemplo la falta de vitamina B6 para los ateromas y tensión alta para los accidentes cardiovasculares. Además son las lipoproteínas las que deberían preocuparnos, y solo cuando están oxidadas.
Por otra parte, investigaciones realizadas en Estados Unidos apuntan al hecho de que para que se formen ateromas los niveles de L-homocisteína tienen que estar anormalmente elevados en sangre (tal como lo muestran los análisis de sangre de las personas afectadas por ateroesclerosis, incluyendo los niños). La L-homocisteína es un metabolito del aminoácido metionina presente en los alimentos proteicos, pero en mayor concentración en las carnes y los lácteos; en su ruta metabólica normal, la L-homocisteína se convierte en L-cisteína precursora de la glutatión peroxidasa; para esta transformación se precisa de la vitamina B6, en cuya ausencia la L-homocisteína se eleva en la sangre y el peligro de ateromas aumenta. Según estas investigaciones, cuando se suministran complementos de unos 30 mg de vitamina B6, o en algunos casos la forma activa de dicha vitamina (pirodoxal-5-fosfato), los niveles de L-homocisteína bajan en poco tiempo.
Pero unos niveles de L-homocisteína bajos no protegen del resto de los factores de riesgo, por lo que la vitamina B6 no es una panacea, sino un ingrediente más en la prevención. No obstante, si queremos prevenir niveles altos de L-homocisteína en la sangre, tenemos que comenzar por poner nuestro hígado en buenas condiciones, ya que es él el encargado del metabolismo de la misma.
Los complementos dietéticos pueden resultar útiles para bajar el colesterol o la L-homocisteína, pero la prevención culinaria de ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares pasa por evitar alimentos como las grasas transformadas, el azúcar, el alcohol, el tabaco, los lácteos, la bollería y los excesos de alimentos, y además incluir en la dieta aceites de buena calidad, una buena cantidad de cereales integrales, legumbres, verduras y pescados.
Remedios para Regular el Colesterol
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