Los pensamientos y emociones que tenemos, así como aquellos que tengamos sobre acontecimientos que hayan ocurrido en el pasado o que puedan llegar a suceder en el futuro, afectan de manera significativa a los músculos del cuerpo.
El área del cerebro que controla o provoca las emociones se localiza en el sistema límbico, cerebro que se desarrolló en nuestro pasado evolutivo. Existen conexiones neurológicas directas entre el sistema límbico y los canales que controlan el tono y la tensión musculares. Es por ello que los acontecimientos puramente mentales afectan de manera tan característica al cuerpo físico.
La parte del cerebro que controla los programas de supervivencia física y emocional regula también de manera autónoma el tono del sistema muscular. Por tanto, las emociones de una persona se van a ver reflejadas directamente en su tono muscular.
Si vemos a alguien con la cabeza gacha, los hombros caídos y los ojos abatidos ─todos estos son aspectos del tono muscular─ podríamos suponer, sin equivocarnos, que esta persona está deprimida o es infeliz. Es interesante observar que, de alguna manera, la ciencia médica occidental no ha tenido en cuenta durante mucho tiempo el efecto que tienen las emociones sobre el tono muscular. Los estados emocionales tienen un reflejo gráfico claro en las posturas físicas.
Naturalmente con kinesiología nos comunicamos, a través del test muscular, con los centros emocionales que ocasionan este tono con el que está relacionado directamente. Cuando se observa un músculo, se entra en contacto con la relación que hay entre el cuerpo físico y las emociones y pensamientos que afectan a ese cuerpo. Además, el músculo también controla la relación que hay entre el cuerpo físico y los canales de comunicación energética, en los que se basa la Medicina Tradicional China (meridianos de acupuntura). Como recordaremos, la Medicina China reconoce que los estados emocionales concretos afectan a cada flujo de energía. La kinesiología sólo añade la respuesta física que une la energía y las emociones.
El Tigre del Intento
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Una de las delicias de los practicantes de la tensegridad, es una forma
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sable, respi...
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