Leer el lenguaje del cuerpo, mediante la postura corporal, es una manera de darnos cuenta de lo que nos sucede.
Conocemos y entendemos más gestos corporales que palabras. Algunos son universales, otros no. Podemos mirar a una persona e intuitivamente saber qué está sintiendo.
Si una persona puede mejorar su postura, se encontrará mejor y más sana. Para reconocer las desviaciones que debemos corregir, primero tendremos que saber cuál es la postura correcta.
Postura Básica
Esta postura es el acomodo natural de la conciencia estructural. La postura básica es muy importante para sentirnos nutridos y sostenidos firmemente con la tierra y concentrados en nuestro cuerpo.
Para localizar la postura básica, los hombros y los brazos deberían colgar con naturalidad. Las caderas, los hombros, los ojos y las orejas tendrían que estar nivelados horizontalmente. Las rodillas colocadas hacia adelante y los pies separados confortablemente, en un ángulo no superior a 45° entre ambos.
El antebrazo está hacia delante con el codo ligeramente doblado. El pulgar está hacia el interior. El peso del cuerpo debería estar en la parte posterior del pie, con las caderas justo encima de los talones.
El tronco cerebral, la médula espinal, la corteza cerebral y el cerebelo son los centros nerviosos que participan en la regulación de la postura y del equilibrio.
El cuerpo intenta estar en equilibrio en contra de la gravedad. Una desviación en la postura normal puede ser el primer paso para un problema o el resultado de años de compensación. El reconocimiento de desviaciones y deformaciones es el primer paso para solucionarlas Debemos ser conscientes de lo que puede suceder en la postura y de lo que debemos corregir antes de que sea irreversible.
Conciencia Corporal
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