Los mudras son gestos realizados con los dedos de las manos y los brazos que sirven para equilibrar el flujo energético del organismo. Los mudras son formas de comunicación muy antiguas y en todas las culturas y religiones han sido utilizadas. Sin embargo, donde más representaciones difundidas hay es en la cultura India y los budistas; orientadas a la comunicación con el Yo interno, el espíritu y el Universo.
La Kinesiología nos ha permitido conocer muchos puntos en las manos y diferentes posiciones de las mismas para obtener cargas energéticas de variada intensidad y dependiendo de su uso convertirlas en llaves de acceso a las distintas funciones de órganos, aparatos y sistemas del cuerpo humano incluyendo áreas emocionales y espirituales.
Los mudras son extremadamente sencillos de realizar, pero muy poderosos, ya que transforman aspectos internos de nuestras vidas liberando la energía bloqueada en el interior del cuerpo, que circulan por los canales de energía llamados meridianos y en los centros energéticos denominados chackras. Disponiendo y dirigiendo dicha energía a través de los mudras, se pueden alcanzar objetivos y tener la capacidad para solucionar diversos problemas de la vida cotidiana.
Todo el mundo puede hacer mudras. Si se pueden mover las manos y los brazos, cualquier persona podrá utilizar los milenarios mudras sanadores para enriquecer su vida dedicándoles tan solo unos pocos minutos al día.
En las manos, al igual que en los pies, están reflejados todos nuestros puntos corporales y por ello las diferentes posiciones ayudan a desbloquear aquellos que estén inarmónicos.
Los mudras son los gestos corporales que nos permiten canalizar adecuadamente la energía a través de nuestro cuerpo así como facilitar la consecución de numerosos objetivos como la sanación física y emocional.
Hay mudras muy completos que implican a todo el cuerpo, pero también hay mudras muy sencillos e igualmente poderosos que sólo requieren de nuestras manos para alcanzar nuestros objetivos.
Para practicarlos no es necesaria una gran habilidad, sino bastante práctica, especialmente con aquellos que son muy complicados. Los dedos se van uniendo entre sí de maneras muy diversas y con presiones concretas, donde a veces sólo es necesario un leve roce y otras se necesita una gran presión.
Debido a la diferente cualidad de cada uno de ellos, es recomendable utilizarlos durante un tiempo determinado que suele ir de 3 a 45 minutos y generalmente es conveniente realizarlos una vez al día como mínimo.
Es importante tener en cuenta en el caso de utilizarlos para la sanación física, su cometido es solamente apoyar tratamiento que estemos utilizando para sanar, haciendo que sea más eficaz y que la enfermedad sane con mayor prontitud.
Acumular Energía para el Intento - 3er. Grupo
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Los nueve pases mágicos del tercer grupo se utilizan para trasladar a los
tres centros de vitalidad, situados alrededor del hígado, el páncreas y los
riñon...
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