El dolor es una respuesta emocional del cerebro a un estímulo. Las terminaciones nerviosas propioceptivas se llaman mecanoreceptores y las fibras nerviosas del dolor nociceptores. Así, un estímulo de los nociceptores envía un mensaje al cerebro y el cerebro determina si eso es un dolor o no.
Es interesante saber que los nociceptores y los mecanoreceptores tienden a hacer cosas opuestas. Los mecanoreceptores son los que van al cerebro para controlar la posición de los músculos. Gracias a la presencia de los mecanoreceptores podemos saber dónde está la mano, aunque no la veamos. Ello es debido a que los mecanoreceptores de los músculos de la mano están respondiendo para decirnos en qué posición está la mano y qué está ocurriendo en el momento; si los filamentos se alargan o se estrechan, si se giran, se mueven o permanecen estacionarios.
Al hablar de los receptores del dolor, es decir de los nociceptores, hay que destacar tres funciones principales:
1. Se dirigen al cerebro, que es el que interpreta si existe dolor o no y el grado del dolor.
2. Se dirigen a los músculos antagónicos responsables de una reacción de retirada del músculo flexor, lo que significa que si tocamos una estufa caliente, existe un mensaje que dice a los músculos flexores que se retiren. Cuando los flexores se contraen para evitar el estímulo del dolor es entonces cuando el mensaje es transportado por las terminaciones nerviosas de los nociceptores al cerebro.
3. Las terminaciones nerviosas de los nociceptores también van al sistema autónomo responsable de estrechar los vasos sanguíneos, es decir, pueden salvar la vida cuando tras un accidente grave se cortan los grandes vasos sanguíneos y podríamos desangrarnos hasta morir. Sin embargo, el estímulo del nervio nociceptor al sistema nervioso autónomo causa un estrechamiento de los vasos que disminuye la pérdida de sangre. Esta es una reacción muy beneficiosa. También son responsables, cuando empezamos a sudar y de si la pupila del ojo se contrae o no.
Los mecanoreceptores bloquean lo que hacen los nociceptores. Los mecanoreceptores, que en realidad son terminaciones nerviosas propioceptivas, pueden ir a la médula espinal y volver sin llegar a ir al cerebro. Así que podemos tener la reacción de pisar un clavo, y el pie tira del clavo y no sabemos por qué el pie tira del clavo, simplemente tira del clavo antes de que nos demos cuenta de que hemos pisado algo afilado. Este es un reflejo de la médula que no llega al cerebro, por lo que los mecanoreceptores pueden de hecho cambiar los reflejos de los músculos en lugar de los nociceptores, que son los que van al cerebro donde aparecen las reacciones de retirada de los músculos flexores.
Usando la terminología antigua, diremos que tenemos fibras nerviosas grandes y pequeñas.
El dolor viaja por las fibras nerviosas pequeñas y la sensación del tacto viaja por las grandes. Desde un punto de vista práctico, esto significa que la sensación del tacto llega al cerebro antes que la sensación del dolor. Por eso resulta tan efectivo frotarnos cuando nos damos un golpe. Si nos frotamos al instante hace que desaparezca el dolor o que disminuya.
No es psicológico, sino que es cierto, y la razón de ello es que el cerebro procesa el mensaje que le llega y la sensación de frotarnos la piel llega allí primero. Pero incluso si nos frotamos después del golpe y ya no nos duele, sigue aun siendo bueno porque el mensaje del tacto es predominante, comparado con el mensaje del dolor. Hay que recordar que el mensaje del dolor es una respuesta emocional.
Las investigaciones científicas descubrieron, en el año 1993, concretamente en el campo de la Neurología, que cada vez que estimulamos un músculo, simultáneamente estamos estimulando a su órgano correspondiente. Por consiguiente, cada vez que realizamos algún estímulo sobre un músculo o la piel estamos afectando directamente al órgano.
Esta nueva teoría científica es la base y el principio del Test Muscular de la Kinesiología Aplicada practicada desde el año 1968. Recibimos críticas de quienes piensan que la Kinesiología es mental, magia, etc., y que no hay conexión entre la prueba muscular y la función del órgano. Quien dice esto demuestra su ignorancia sobre anatomía. Hoy en día contamos con datos científicos para mostrar porqué funciona. La neurona alfa motor puede encontrarse en los libros de anatomía sobre neuronas, y esta es un arma que tenemos cuando les contamos a los críticos lo que hacen los kinesiólogos.
Estas son las bases expuestas para enseñarles una técnica para el dolor que es muy efectiva, y como suele ocurrir, lleva más tiempo explicarla que hacerla. Pero es necesario que se comprendan las bases principales para que sepan cómo funciona.
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