La cura de uvas se puede hacer cuando se quiera conseguir un efecto depurativo muy notable de nuestro organismo, lo que en términos coloquiales se conoce como “limpieza de la sangre”, y que no es otra cosa que la eliminación de las toxinas y residuos metabólicos que entorpecen el normal funcionamiento de los órganos y tejidos.
La cura de uvas ejerce una acción anticongestiva sobre todos los órganos de la digestión, y sobre el hígado de manera especial.
Los glúcidos que contiene la uva son de fácil asimilación, y las proteínas y grasas, son de gran valor biológicos. Conviene pues en general, a todos los que deseen mejorar su estado de salud y especialmente en estos casos:
• Dieta recargada: rica en productos de animales grasos.
• Artritismo y Gota.
• Hipertensión.
• Exceso de Colesterol en la sangre.
• Enfermedades Renales: litiasis renal, nefritis y nefrosis, insuficiencia renal.
• Obesidad: a pesar de su riqueza en glúcidos, el contenido calórico de la uva es inferior a las 80 calorías por 100gr.
• Hemorroides.
• Afecciones Hepáticas crónicas: hepatitis, cirrosis, hipertensión portal.
• Anemia, Agotamiento Físico.
• Falta de Rendimientos, Astenia, Estrés.
La cura de uvas se lleva a cabo consumiendo de 1 a 3 kilos de uva madura como único alimento, durante 3 días, o incluso hasta una semana.
Las curas más prolongadas deben llevarse a cabo bajo control médico.
Si se digieren correctamente, pueden consumirse también las pieles y las semillas (pepitas) bien masticadas.
También se puede beber zumo (jugo) de uvas reconstituido a partir de concentrado por ebullición, o mejor aún, recién exprimido.
Hay que asegurarse de que los zumos de uva envasados no contengan conservantes químicos.
Acumular Energía para el Intento - 3er. Grupo
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Los nueve pases mágicos del tercer grupo se utilizan para trasladar a los
tres centros de vitalidad, situados alrededor del hígado, el páncreas y los
riñon...
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