El invierno es la época del año en que nos podemos llegar a sentir más emotivos, más sensibles y orientados hacia el interior. En el invierno, la naturaleza está en su estación de descanso, callada, retirada y profunda en la Tierra, y nosotros, como parte de la Naturaleza que somos, podemos estar a más profundidad dentro de nosotros mismos, buscando la recuperación, el descanso, reflexionando y siendo más conscientes de nuestros sentimientos.
El agua puede ser caliente y amorosa o fría y amenazante. Es nutritiva, refrescante y vigorizante. Viendo este elemento, se puede entender la analogía entre el cuerpo humano y la Madre Tierra. De hecho, el agua del mar es casi idéntica al plasma sanguíneo. El invierno es la estación en la que domina más el elemento agua. La vejiga y los riñones, que tratan el agua del cuerpo, son los órganos relacionados con el elemento agua y la estación invernal. El clima asociado con el elemento agua es el frío y, apropiadamente, su dirección es el norte.
El sabor o gusto relacionado con este elemento es el salado. En realidad, la mayor parte del agua es salada; incluso en nuestro cuerpo, el agua contiene muchas sales minerales. Las personas a las que el gusto salado les gusta en exceso o les disgusta profundamente, tienen un desequilibrio del elemento agua. Si se toma un exceso de sal se crea un deseo de agua y se pueden dañar los riñones. El exceso de sal es, también, causante de la retención de agua, la tensión alta y los problemas cardíacos y renales.
El elemento agua está relacionado con las emociones en general, pero el desequilibrio específico asociado con el agua es el miedo. Este puede manifestarse en la forma de fobias específicas; ansiedad general ante la vida; paranoia o negatividad en la que siempre se espera lo peor.
En los periodos de excitación o cambio, el que tiene un desequilibrio del agua puede reaccionar con temblores; este temblor representa una liberación de las tensiones y de la energía del miedo. Y aunque el miedo puede bloquear la expresión del amor, el amor y la fe pueden transmutar el miedo.
Las orejas son el órgano sensorial asociado con el elemento agua, por lo que su sentido es el oído. Es interesante observar que las orejas y los riñones tengan una forma similar, como el embrión humano.
Los huesos y la médula ósea son partes del cuerpo gobernadas por el elemento agua; ello incluye a todos los huesos: cráneo, extremidades y columna, así como los dientes y la médula.
El elemento agua está también relacionado con los órganos y las funciones sexuales del cuerpo: gobierna sobre los órganos genitales y reproductores, y sobre los orificios uretrales y anales. También está relacionada con las excreciones sexuales y urinarias.
Por cada uno de los meridianos fluye la energía cada dos horas. El tiempo de la vejiga es de tres a cinco de la tarde y el de los riñones de cinco a siete. Este periodo es un tiempo de transición, cuando se produce el ocaso y nos preparamos para la noche.
El agua debe permanecer en movimiento; tiene un movimiento, un ciclo que es gobernado sobre todo por el movimiento y la atracción gravitacional de la luna. El estado del agua en el cuerpo puede reflejar el estado de las emociones. Todos tenemos nuestros ciclos. Muchos de nosotros tenemos ciclos en los que se liberan las emociones retenidas. Luego, con una nueva conciencia y expresión de esos sentimientos viene un verdadero alivio de nuestra energía. El agua retenida a veces en el cuerpo, junto a las emociones puede ser causa de letargo, lentitud, irritabilidad e incapacidad de expresión.
Un elemento agua equilibrado permite la fluidez, la capacidad de descansar y de nutrirse a uno mismo y a los demás, de guiar la percepción y la reflexión y de expresar los sentimientos como el amor. Las cualidades de la compasión, el entendimiento y la respuesta a las necesidades y sentimientos de los demás se consideran a menudo como el aspecto femenino y maternal, y son características del elemento agua.
El invierno es la época más yin del año, y los órganos asociados son los riñones y la vejiga, los cuales procesan el elemento más yin, el agua.
La vejiga es un órgano muscular espeso que se encuentra en la pelvis y almacena y elimina la orina recibida de los riñones. En medicina china la vejiga es la sede de las emociones; cuando no funciona bien el resto del sistema se ve sometido a tensión.
El meridiano, o canal de energía, de la vejiga baja por la espalda a ambos lados de la columna. Se inicia en los ángulos interiores de los ojos, recorre la cabeza, baja por el cuello y la columna vertebral hasta el sacro, y finalmente baja por la parte trasera de las piernas hasta los dedos pequeños de los pies, donde termina en el punto V67, situado en el lado exterior de la uña.
Este canal de energía es el principal de los existentes en la espalda. Las tensiones y emociones pueden congestionar esta zona y producir rigidez y dolor de cuello y espalda.
Los riñones filtran la sangre. La orina obtenida del filtrado de la sangre pasa de los riñones a los uréteres y a la vejiga, siendo expulsada por la uretra. El equilibrio del agua y de la base ácida del cuerpo lo mantienen los riñones, que extraen todo tipo de sustancias de la sangre-agua: compuestos de nitrógeno como urea y amoniaco; minerales y sales como sodio, cloruro, potasio y otros elementos químicos y drogas que el cuerpo no necesita.
En los riñones se encuentra también la energía de la fuerza vital de la vida misma, y se relacionan con el nacimiento, la vida y la muerte: el ciclo de la transformación.
Se considera también que la fuerza de voluntad procede de los riñones, que generan también la ambición y el deseo de hacer algo en la vida. A veces, la tensión alta está también relacionada con problemas renales.
Durante el invierno es precisa una dieta que produzca más calor, con más cereales y menos frutas, muchas verduras al vapor o al horno, más productos lácteos y alimentos cárnicos, si estos se incluyen en tu dieta.
El invierno es la estación de guardar y prepararse y hay que cuidar el nivel de actividad. El sueño abundante y la relajación ayudarán a recargarse y aunque es un tiempo de menos actividad física, se debe mantener la forma del cuerpo. El ejercicio suave como los estiramientos y movimientos que requieran mucha respiración ayudarán a mantener la energía en circulación durante este periodo.
La respiración profunda exige el uso de los músculos abdominales para expandir plenamente los pulmones. El aire es importantísimo para la vida; se puede pasar mucho tiempo sin alimentos y varios días sin agua, pero sólo se resisten unos minutos sin aire. “La vida es la respiración; por eso el que respira a medias vive a medias”, dice un proverbio yogui.
Cuanto más en circulación se mantenga la energía, más se abran las articulaciones y más se liberen las resistencias, en mayor medida se liberará el cuerpo de los excesos, como comer demasiado, drogas, emociones, trabajo, tensiones, etc. Entonces te sientes más ligero y mejor, más fuerte y limpio y controlarás mejor tu ser creativo, expresivo y comunicativo.
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