El recuerdo del cuerpo es el comienzo que abre la grieta entre los mundos. La respiración consciente permite acceder a ese recuerdo del cuerpo. La respiración es un puente al infinito, a través del propio recuerdo del cuerpo.
Al fijar nuestra atención en la respiración, logramos tener plena conciencia de las sensaciones, sentimientos y pensamientos por los que pasa el cuerpo, en todo momento, pero sin llegar a involucrarnos con nada. Simplemente nos convertimos en meros espectadores. Este conjunto de sensaciones, sentimientos y pensamientos forma el maremagno de la inteligencia del cuerpo (ego), el cual ha de ser atravesado por el Conocimiento del Infinito (luz del espíritu) y llevar a la mente a su completación y al puro conocimiento. Este es el recuerdo del cuerpo que nos transporta más allá del recuerdo del propio cuerpo, para fundirse en la totalidad del Ser, sin perder la propia Consciencia de Ser. El principal vínculo para acceder al conocimiento de nuestra luminosidad es la propia respiración.
Necesitamos recordar el cuerpo para ver la grandeza que hay en él. El recuerdo del cuerpo es una experimentación y, no una racionalización.
Cada persona tiene su propio recuerdo del cuerpo y lo va a experimentar de diferente manera. No hay manera correcta o incorrecta de hacerlo. Es el propio recuerdo el que nos dará las pautas a seguir. El recuerdo hay que intentarlo y el intento del recuerdo nos dice lo que tenemos que hacer. Es un dar y recibir entre la mente racional y el conocimiento. El conocimiento está. Sólo hay que acceder a él. Para conseguirlo hemos de "distraer" a la mente racional, fijando la atención en la respiración.
La respiración aporta el ingrediente necesario para que se pueda dar la transformación de lo material a lo inmaterial, de la forma a la esencia de la forma, de la densidad al vuelo, de la oscuridad a la luminosidad.
Susurros de una Voz
Estrellas en el Alba
Animales
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