¿Existen realmente secretos para vivir hasta los 100 años con buena salud? ¿Es necesario que las personas vivan en comunidades específicas para lograr este objetivo?
A principios de la década de 2000, el Proyecto Zona Azul intentó responder a estas preguntas estudiando e informando sobre cinco regiones del mundo con un número superior al promedio de centenarios sanos.
Las Zonas Azules surgieron en la conciencia pública como destinos turísticos interesantes y libros de cocina con recetas saludables, pero hoy se han convertido en una empresa con fines de lucro de gran marca propiedad de la corporación de salud digital más grande de los Estados Unidos.
El concepto de Zona Azul comenzó hace dos décadas como un proyecto de investigación patrocinado por la National Geographic Society y AARP. La investigación de Zona Azul ha inspirado una serie de libros de cocina más vendidos del NYT y la carrera de influencer de la salud de su autor, Dan Buettner.
Las Zonas Azules, tal como se concibieron originalmente, son cinco regiones del mundo con una concentración mayor de lo esperado de personas sanas de 90 años o más.
El proyecto informa que las personas en las Zonas Azules tienden a vivir más tiempo y con mejor salud en general, incluso si la mayoría no llega a los 100 años. Sin embargo, las afirmaciones del Proyecto Zona Azul no han convencido a los escépticos.
Las Zonas Azules originales eran:
Icaria en Grecia
Loma Linda en California, EE.UU.
Cerdeña en Italia
Okinawa en Japón
Nicoya en Costa Rica
El Proyecto Zona Azul identificó factores diversos que promueven la salud y la longevidad entre los centenarios de la Zona Azul. La buena noticia es que la mayoría de estos factores están bajo nuestro propio control y no se encuentran exclusivamente en ninguna zona geográfica.
- Nutrición basada en plantas: enfatizando frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos. Por ejemplo, en Okinawa, Japón, los residentes consumen batatas moradas, ricas en antioxidantes y nutrientes que promueven la longevidad.
- Actividad física regular: actividades de baja intensidad como caminar, jardinería y trabajos manuales. En Japón, la práctica del “baño de bosque” implica sumergirse en la naturaleza y aprovechar los beneficios para la salud física y mental de pasar tiempo en el bosque.
- Conexiones sociales fuertes: fomentar relaciones y mantener un sentido de comunidad. En Cerdeña, Italia, la gente participa regularmente en reuniones sociales llamadas “supras”, donde amigos y vecinos se reúnen para compartir comidas y disfrutar de la compañía de los demás.
- Técnicas de reducción del estrés: Prácticas de meditación y relajación. En Okinawa, el hábito de beber té de cúrcuma, conocido por sus propiedades antiinflamatorias, se considera una forma de calmar la mente y reducir el estrés.
- Consumo moderado de alcohol: tomar decisiones conscientes con respecto al consumo de alcohol. En Ikaria, Grecia, los residentes beben pequeñas cantidades de vino tinto, que contiene resveratrol, un compuesto asociado con la salud del corazón y la longevidad.
- Descanso adecuado y sueño de calidad: Priorizar el sueño rejuvenecedor para una salud óptima. En Nicoya, Costa Rica, la tradición de la siesta permite a las personas descansar y recargar energías durante el día.
Tal vez no tengamos la posibilidad de mudarnos a alguna de estas zonas azules, pero podemos crear pequeños hábitos para mejorar nuestro día a día siguiendo su ejemplo.
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