Valores Fundamentales - La Honestidad

La honestidad se basa en la confianza. Una vez que ésta se ha alcanzado, la honestidad se sucede naturalmente. Sólo si tienes confianza puedes permitirte ser honesto, pues sólo entonces puedes ver el valor de la honestidad.

La honestidad no se limita únicamente a lo que dices. El verdadero significado del término es congruencia: nada de lo que dices está en contradicción con lo que piensas o lo que haces; ningún pensamiento se opone a ningún otro; ningún acto contradice tu palabra, ni ninguna palabra está en desacuerdo con otra. Así eres verdaderamente honesto. No estás en conflicto contigo mismo a ningún nivel. Por lo tanto, te es imposible estar en conflicto con nada ni con nadie.
La paz se experimenta, en gran medida, cuando eres perfectamente honesto. Ya que, sólo el deseo de engañar da lugar a la pugna. Cuando eres uno contigo mismo, no puedes ni siquiera concebir el conflicto. El conflicto es el resultado inevitable del auto-engaño, y el auto-engaño es deshonestidad.

Nada debe suponer un desafío para ti, pues ello implicaría que abrigas dudas, y la confianza en la que descansas con absoluta seguridad hace que te sea imposible dudar. Por lo tanto, sólo puedes triunfar. En esto, como en todo, eres honesto.

Sólo puedes triunfar porque nunca haces tu propia voluntad. Eliges por toda la humanidad, por todo el mundo y por todas las cosas que en él habitan; eliges por lo que es inalterable e inmutable más allá de las apariencias, y por el Espíritu y la Creación.

¿Cómo no ibas a triunfar? Eliges con perfecta honestidad, tan seguro de ti mismo como de tu elección.